RECORTES
Ganas de escribir de nuevo y nada nuevo que contar, solo en mi mente recortes de otros que acompañan mi paso cotidiano. Esto comparto, los recortes que llegan hoy:
El primer recorte llega con el recuerdo de un pasaje de “El peregrino de Compostela”. En ese pasaje el caminante se ve obligado a recorrer un tramo del Camino muy corto empleando mucho tiempo. Esto lo desespera al comienzo pero al sumergirse en la experiencia el Camino abre otra dimensión, imposible de ver en su ritmo habitual.
En la Vida nos pasa esto a todos en algún momento, querríamos ir a un ritmo, hacer ciertas cosas, pero el Camino se abre lento y por senderos no pensados. Sumergirnos en esa lentitud, sentir y seguir manteniendo la confianza en la Vida, en que es ella la que nos frena y que en su freno no trata de jodernos sino de sumar fuerza, claridad y posibilidades que no captaríamos con nuestro ritmo habitual, todo un reto caminar lento.
El segundo recorte llega con el recuerdo de un pasaje del Tao te King: “El Tao es lo más profundo de todos los seres. Es el tesoro del hombre bueno y el amparo del que no es bueno......................................................................................
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Los antiguos estiman a Tao porque quien busca su posesión, aleja la culpa”.
La culpa, igual que la lentitud, danza con el humano desde la noche de los tiempos. En mi sentir la Vida nos hace caminar lento, en esa lentitud conectamos, vemos todo de otro modo. A nosotros mismos, lo que nos gusta y lo que aborrecemos. A los que nos rodean, lo que nos gusta y lo que nos exaspera. Bajo la Luz del Tao se disipa la polaridad y, con suerte, somos capaces de ver que simplemente “hacemos lo que podemos” nosotros y los demás.
Esto, con suerte, nos hace poder amar lo que no amaríamos, acompañar lo que no acompañaríamos, hacerlo con Paz, lentitud, de la mano de ese Cielo que nos permite “ver” un poco más y nos recuerda que incluso viendo un poco más “no sabemos”. No sabemos gran cosa de nosotros mismos, de como se modeló el trocito de tierra que somos, y no sabemos nada de los demás.
El tercer recorte llega de la voz de un amigo: “nuestra firmeza no depende de nuestras emociones”. Como bien dice él saber esto nos acompaña serenamente.
Las tormentas emocionales se suman a la lentitud y a la culpa siendo todas ellas una constante en nuestras vidas. Confiar firmemente en que tras la tormenta llega la calma y que más allá de la revuelta “yo soy” trae serenidad.
Estos tres flashes llegan hoy, un sábado de junio en el que la Vida trae paso lento. Así camino, lento, sintiendo, con firmeza, de la mano del Cielo que me habita y me envuelve. Todo está bien.
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